Descripción y características
Dentro de las diferentes variedades de melón encontramos el de piel de sapo, el cantalupo, el galia, el honeydew o el tendral. Todos ellos tienen morfologías y dimensiones distintas, además de variar también su dulzor, por lo que es mejor presentarlos por separado.
- Piel de sapo: Es el melón más extendido en nuestro país. Son alargados, de piel verde intenso y rugosa aunque su corteza es fina. Su peso suele oscilar entre el kilo y medio y los dos kilos y su carne es blanca, aunque puede amarillear ligeramente, además de compacta y dulce. Sin embargo, no es el tipo de melón más aromático. Dentro de esta especie podemos encontrar híbridos como el melón futuro y el melón categoría, que comparten morfología. Como curiosidad, cabe mencionar su gran durabilidad antes de ser consumido, razón por la que en el mercado anglosajón se le suele encontrar como Santa Claus Melon, ya que en buenas condiciones puede llegar hasta la Navidad.
- Tendral: A veces se le denomina melón de invierno, ya que está en el mercado entre los meses de noviembre y enero, teniendo además buena conservación. Es típico del sudeste español y su corteza es más dura y gruesa que la del piel de sapo, lo que le hace muy práctico para el transporte. Suele ser pesado, pudiendo alcanzar los tres kilos y tiene una forma ligeramente alargada, aunque no necesariamente. Su carne blanca es menos dulce que la del melón de verano.
Los melones piel de sapo y tendral son los más frecuentes en nuestros campos. Siendo el tendral un melón de invierno.
- Honeydew: Es un melón esférico, a veces ovoidal, de tamaño variable, pudiendo alcanzar los tres kilos de peso, aunque es más frecuente encontrarlos en torno al kilo y medio. También se les llama melón verde, debido al color de su carne. Son fáciles de identificar en el exterior porque su piel es lisa y suave. Para conocer su madurez, debemos fijarnos en ésta, que debe ser de un color amarillo crema, debiendo rechazar los melones verdes en su exterior, señal de inmadurez. Además, como el resto de melones, debe ser firme al tacto y presentar un peso macizo.
- Cantalupo: También llamando cantaloup o charentais. Esférico, no muy grande (apenas kilo y medio, siendo frecuentes los ejemplares de 700 u 800 gramos) y con una forma ligeramente achatada. Su exterior es rugoso pero fino y de color amarillento, con una fuerte reticulación. La carne también es muy amarilla y fragante, siendo muy cotizado gastronómicamente. De hecho, el Yubari King (un cultivar japonés del cantalupo) es el melón más caro del mundo
- Galia: Se trata de un híbrido moderno entre el cantaloupe y el honeydew, desarrollado en la década de 1970 en Israel y que no tiene nada de francés, ya que gal significa ola en hebreo. Es esférico con una piel exterior rugosa y estriada, que oscila entre el verde claro en las primeras fases hasta un amarillo terroso (herencia cantaloupe) cuando está maduro. Su carne es verde clara (herencia honeydew) y son muy fragantes y la carne no es muy consistente. Su peso rara vez supera el kilo.
Cómo elegir y conservar el melón
A pesar de su recio aspecto exterior, conviene, como a cualquier producto, mimarlo en la cesta de la compra para evitar golpes y abolladuras. Es cierto que el melón aguanta bien -sin abrir- las altas temperaturas y los contactos pero es preciso que lo tratemos bien.
Cuando vayamos a comprarlo, sin importar su variedad, debe ser duro al tacto, no presentar cortes o magulladuras y ofrecer un peso macizo, señal de que la carne estará firme. En cualquiera de las versiones, deben ser melones que no tengan la piel verde claro, señal de inmadurez.
Comprobar su madurez es relativamente fácil. Debemos sujetarlo con firmeza y apretar con los dedos la punta del melón la opuesta al pedúnculo, que deberá ceder ligeramente. Además, un melón maduro sin abrir debe desprender un aroma agradable y dulce, algo que no encontraremos en los melones inmaduros.
Si podemos, otra buena forma de comprobar su madurez es sacudirlo ligeramente para oír su interior. Si hay un sonido líquido será señal de que ya está demasiado maduro y conviene desecharlo.
Debemos descartar melones que estén muy verdes pero también blandos, magullados o que suenen líquidos.
Cuando ya le tengamos en casa, debemos tener claros dos momentos: antes de abrirlo y después de abrirlo. Si no lo vamos a consumir de manera inmediata, podemos dejarlo a temperatura ambiente y no le pasará nada.
Sin embargo, una vez abierto, debe ser conservado en nevera y tapado con un film transparente. Recomendamos además ir cortando tajadas a medida que se necesitan, nunca trocearlo entero e ir recurriendo a ellas cuando las necesitamos porque se malogra pronto.
Si no tuviéramos espacio suficiente, conviene partirlo en dos mitades, que serán más fáciles de almacenar pero siempre teniendo en cuenta que haya la mejor superficie de carne posible descubierta.
Es fundamental el film, asegurando bien toda la superficie del melón porque ésta absorbe olores con mucha facilidad. Como último consejo, aunque todos lo sabréis, está el sacar de la nevera unos 15 minutos antes el melón para que se atempere y podamos degustarlo bien.